
Las cosas se ven diferentes si estamos arriba o desde abajo de una montaña. Desde abajo todo se ve grande e imponente. Desde arriba se ven pequeñas y dominables.
Dios nos dijo que estamos sentados con Cristo arriba, en los lugares celestiales. Contempla esta vida y sus retos desde la cima, no desde abajo.
Desde donde está Cristo verás que la vida no es tan compleja como a veces parece.