
Un profeta de Dios cortaba con hacha maderos, no se dió cuenta que el hierro del hacha se estaba aflojando y se le cayó en el río Jordán. Eliseo hizo flotar el hierro y lo recuperó.
¿Alguna vez has notado que en tu vida algo se afloja y aparentemente se pierde? Haz como el profeta, extiende tu mano y ¡recupera lo perdido!